El dengue se ha constituido en un problema creciente de salud pública en Latinoamérica, El Caribe y el mundo entero. En las últimas décadas, la cantidad de personas afectadas ha crecido considerablemente, con picos cada vez mayores que se repiten cada 3 a 5 años casi de manera regular. Hoy por hoy, se informan casos de dengue en más de 30 países de las Américas.
Piura, no escapa a esta alarmante realidad. Por ello, esta entrega de Salud Integral pretende analizar las acciones que nuestras autoridades políticas y de salud vienen realizando para controlar, tardíamente estimamos, este nuevo brote de dengue.
Factores que influyen en el Dengue
La reaparición y la gravedad de este mal esta asociada a factores de gran influencia (macrofactores), tales como los ambientales, socioeconómicos, políticos y sociales; y a factores relacionados a la propia enfermedad (microfactores) como las características del virus, el mosquito que la transmite y la persona afectada.
Entre los macrofactores más importantes se encuentran los cambios climáticos —como el calentamiento global, los fenómenos del Niño y de la Niña—, que influyen en la intensidad y duración de las temporadas de lluvias y huracanes o provocan intensas sequías y daños a la biodiversidad. Estos cambios alteran los ecosistemas y crean las condiciones ideales que facilitan la expansión y diseminación del dengue.
El evidente retrazo de la decisión política de nuestras autoridades regionales y de salud, la escasa asignación de presupuesto y la incipiente movilización social, a pesar de haber pasado en repetidas oportunidades por un rebrote de dengue; se constituyen en macrofactores que influyen negativamente en el control de esta enfermedad. Es de suma urgencia revertir estos factores partiendo de las experiencias previas, dejando de lado las banderas partidarias, y asumiendo la defensa de la salud de todos los piuranos.
Otros macrofactores son el crecimiento poblacional, las migraciones y la urbanización no controlada, que provocan el crecimiento de las ciudades, con cinturones de pobreza y falta de servicios básicos, especialmente de los relacionados con el suministro de agua y la eliminación de residuos. Estos trastornos traen consigo el aumento del mosquito Aedes aegypti, principal responsable de la transmisión del virus del dengue.
Por otra parte, los microfactores dependen de las características del virus, del mosquito y su creciente resistencia a los insecticidas y de la persona que puede ser afectada. Estos factores influyen estrechamente en el comportamiento de la enfermedad y la presentación de formas graves del dengue.
A su vez, la poca capacidad de respuesta para prevenir y controlar el dengue por parte de los programas de salud constituye otro factor determinante en su expansión. La principal deficiencia es que estos planes no llegan a tener un alcance intersectorial real.
Lastimosamente, no existe tratamiento específico ni vacuna efectiva contra el dengue, lo que debe obligar al diseño de estrategias que rompan los esquemas verticales tradicionales y que impulsen cambios de conducta y el empoderamiento de los ciudadanos. Esto, necesariamente, requiere una decisión política firme, que siga lineamientos técnicos probados, y la asignación oportuna de recursos y la promoción del cuidado de la salud desde los hogares, para que así todos hagamos lo que nos corresponde para vencer a este flagelo.
Estrategia de gestión integrada para la prevención y el control del dengue En 1999, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó una estrategia mundial para la prevención y el control del dengue y el dengue hemorrágico. En 2001, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) formuló directrices específicas que perseguían promover una nueva generación de programas para reforzar los mecanismos de prevención y control del dengue mediante la participación comunitaria, la educación sanitaria y la coordinación de acciones extrasectoriales, ya fuera con organizaciones gubernamentales o no gubernamentales.
En el año 2003, la OPS/OMS introduce el modelo de la Estrategia de Gestión Integrada para la prevención y control del dengue (EGI-dengue) y crea un grupo técnico de trabajo sobre el dengue en la Región de Las Américas (GT-dengue internacional).
La EGI-dengue es un modelo de gestión, que nuestras autoridades de salud deberían liderar, a fin de fortalecer el control de esta enfermedad con miras a reducir la cantidad de enfermos, defunciones, carga social y económica generada por los brotes y las epidemias de dengue. Para alcanzar sus objetivos, esta estrategia busca modificar la conducta de las personas y de la comunidad de manera que disminuyan los factores de riesgo de transmisión con medidas coordinadas tanto dentro como fuera del sector salud. Además, llama a elaborar y ejecutar planes integrados que permitan trazar una estrategia sostenible, diseñada por las autoridades y los especialistas respectivos.
Dicho de manera concreta, existe desde fines del siglo pasado estrategias e indicaciones técnicas bien fundamentadas para afrontar el problema que tenemos. Son válidas entonces algunas preguntas ¿se están empleando estas indicaciones en nuestra región? Si es así, ¿por qué estas acciones no se ejecutan a tiempo?, ¿por qué el presupuesto nunca es suficiente para combatir efectivamente este mal?, ¿es qué no hay un análisis concienzudo en el sector salud y las autoridades municipales y regionales para partir de las lecciones aprendidas de los brotes anteriores? Las respuestas aún están en suspenso. La presencia de este nuevo brote revela que las acciones de prevención y control no han sido lo suficientemente enérgicas para evitarlo y que los presupuestos o no fueron otorgados a tiempo o no se emplearon adecuadamente o fueron escasos.
Cómo controlar y prevenir el dengue
La EGI-dengue agrupa áreas de acción y componentes clave que tienen la mayor responsabilidad en la planificación y ejecución de las actividades de prevención y control del dengue. Entre esas áreas clave se encuentran:
* Promoción de la salud y comunicación social. Consiste en elaborar, ejecutar y evaluar planes de comunicación para lograr cambios de conducta. Se recomienda el modelo de Comunicación para el Impacto Conductual (COMBI por sus siglas en inglés) que abarca cinco acciones integradas: abogacía/relaciones públicas/movilización administrativa, movilización de la comunidad, publicidad apropiada sostenida, comunicación interpersonal y promoción en puntos de venta.
Es conveniente promover la formación de alianzas estratégicas con el sector privado, organizaciones sociales, medios de comunicación y comunidades e instituciones públicas para realizar conjuntamente acciones de promoción, prevención y control. Estamos seguros que si el dengue se hubiese presentado en la capital, los medios de comunicación nacionales como la radio, televisión y prensa escrita nos inundarían de este tipo de mensajes. Sin embargo, en nuestro Piura los diversos sectores: salud, gobierno regional, municipalidades y medios de comunicación deben hacer esfuerzos titánicos para brindar información educativa continua a la ciudadanía que tanto la requiere.
* Vigilancia activa. Basada en sistemas sólidos de información sanitaria, que incluye la vigilancia del número de casos y de laboratorio del dengue, para la detección temprana de las epidemias, y la vigilancia de los mosquitos para monitorear y evaluar las acciones de control.
La información que se va tomando del avance o retroceso del dengue debe estar al acceso de todo el personal de salud para tomar acciones de control a través de información actualizada, y abastecer a los medios de información del desarrollo de esta vigilancia. El lema en investigación activa es: investigación para la acción. Mientras más información adecuada exista mejores decisiones podrán aportarse desde el sector salud en trabajo conjunto con los demás sectores. El Internet, que merece una mención aparte, es una herramienta rápida que no se está empleando en la dimensión que merece.
* Control de mosquitos, con participación de la comunidad e intersectorial, donde el control se dirige a las zonas de más alto riesgo de transmisión, integrando todos los métodos adecuados de la manera más económica y eficaz en función de los costos.
La mejor manera de controlar la propagación del Aedes aegypti es el uso de abate, que debe estar en los depósitos que almacenan agua. Se debe enfatizar con fortaleza el vado, raspado y tapado de los recipientes en los hogares. La fumigación, que es la acción más requerida, solo elimina los mosquitos adultos. Mucho más eficientes son las estrategias anteriores. Esto requiere la intervención continua del personal de salud y una intensa campaña educativa con la población.
* Atención del paciente y Servicio de Laboratorio. Desarrollo de capacidades y adiestramiento, en la vigilancia, el diagnóstico de laboratorio, el manejo de casos y el control de los mosquitos a nivel profesional, de supervisión, técnico y del campo.
El personal de salud debe estar en constante refrescamiento acerca de esta enfermedad, actualizando el protocolo de atención y las formas de control y prevención. A su vez, las personas que viven en zonas donde existe el mosquito deben reconocer con prontitud los síntomas y acudir rápidamente al servicio de salud.
El laboratorio es una de las debilidades en nuestra región. Los exámenes de sangre que se toman solo pueden ser interpretados por el Instituto Nacional de Salud (INS), lo cual puede demorar un mes o algo más. Sería necesario insistir en el requerimiento urgente de tener un laboratorio referencial regional que pueda hacer el diagnóstico de dengue considerando que se ha constituido en una enfermedad de aparición frecuente.
* Investigación sobre el control de los mosquitos que comprende los estudios sobre su biología y la lucha para eliminarlos, las relaciones entre las enfermedades, el diseño y el manejo de los programas de control, incluidos los enfoques sociales y económicos y los análisis de costo-beneficio.
Las autoridades de salud y las universidades deben fomentar la investigación en salud, y en especial acerca del dengue. Esto requiere que se otorgue financiamiento para cubrir las exigencias de una labor científica y estamos seguros que los resultados ayudarán a enfrentar esta lucha de modo más efectivo y seguro. Hasta ahora esta acción es prácticamente nula.
* Cuidado del medio ambiente. Contar con un equipo de trabajo ambiental multisectorial integrado y con acciones que permitan reducir los factores ambientales de riesgo de transmisión del dengue.
Esto incluye el abastecimiento de agua, el manejo adecuado de los residuos sólidos y la eliminación de todo aquello que es inservible en el hogar y que pueda servir de criadero para el mosquito del dengue. El gobierno local debe mejorar, coordinadamente, estas condiciones para disminuir los factores de riesgo. Palabras aparte hay que darles a las viviendas cerradas, en las cuales no se puede abatizar los recipientes con agua ni eliminar los inservibles. Habría que proponer una estrategia para abrir estas viviendas, con el apoyo del poder judicial y la policía, por ser un peligro constante para la salud pública.
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