Los expertos de la Oficina Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) han exhortado a todos los países de las Américas a aumentar sus esfuerzos y colaborar con las medidas preventivas para responder al número creciente de casos de dengue en la región, ya que se pueden repetir las tendencias pasadas cuando se han reportado brotes graves cada 3 a 5 años.
No existe, hasta la fecha, ninguna vacuna o tratamiento para el dengue, pero la atención médica apropiada puede salvar las vidas de los pacientes que padecen la más grave forma de la enfermedad, el dengue hemorrágico, por ello la importancia de la actualización periódica de los profesionales de la salud para brindar un servicio oportuno y de calidad.
La enfermedad es endémica en más de 100 países de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental. Antes de 1970 sólo nueve países habían sufrido epidemias de dengue hemorrágico, cifra que en 1995 se había multiplicado por más de cuatro. Hoy en día, más de 40 países de las Américas han reportado casos de dengue.
La propagación del dengue se atribuye a la expansión de la distribución geográfica de los cuatro virus del dengue y sus mosquitos vectores, el más importante de los cuales es Aedes aegypti, una especie predominantemente urbana. El dengue es común en los climas tropicales, en particular en las ciudades y las zonas periurbanas.
La variabilidad climática con un incremento de la temperatura, incremento de la intensidad y la duración de la temporada de lluvias y el crecimiento descontrolado de la población en áreas urbanas sin servicios básicos de agua potable y saneamiento ambiental favorecen la reproducción de los mosquitos.
Enfoque integrado
La OPS/OMS ha señalado que para fortalecer el combate del dengue, se requiere un enfoque integrado y multidisciplinario, pues demanda acción por parte de las personas (previniendo la enfermedad y evitando la automedicación), de los grupos de base local y de las organizaciones de la sociedad civil, de los gobiernos locales y de los medios de comunicación, del gobierno central, incluyendo los sectores de recolección de inservibles y saneamiento ambiental, servicios de agua potable y, por supuesto, de los servicios de salud garantizando tratamiento oportuno.
Las acciones recomendadas por la OPS a los países de la región para prevenir y matar al mosquito transmisor son las siguientes:
* Realizar acciones organizadas y coordinadas de reordenamiento ambiental dirigidas a eliminar los criaderos habituales y potenciales (muy conocidos por todos) del mosquito Aedes aegypti.
* Priorizar los recursos y revisar los planes de respuesta a brotes de dengue, aumentando al máximo la capacidad de respuesta en cada territorio.
* Mantener una máxima vigilancia de pacientes, análisis de laboratorio, presencia y distribución de casos, y de la presencia del mosquito, comunicando oportunamente cualquier aumento de casos y del incremento del Aedes aegypti para dar una respuesta anticipada y efectiva.
* El sector salud deberá revisar la capacidad de respuesta de sus servicios de atención, a fin de responder a un posible aumento de formas graves del dengue.
* Mantener un continuo proceso de capacitación al personal de todo el sistema de salud: esto es fundamental para evitar muertes, lo que es la primera prioridad del sector salud.
* El control del mosquito debe continuar fortaleciéndose en su estructura de vigilancia y respuesta, asegurando un adecuado mantenimiento los equipos de fumigación, las reservas de plaguicidas y—si fuera necesario—aumentar el mismo para dar una respuesta intensiva en los momentos que la transmisión aumente y, de esta forma, retardar y/o interrumpir la misma y ganar tiempo para consolidar las acciones de eliminación de criaderos que son las más efectivas y sostenibles.
La ejecución de estas actividades requiere organización previa, asignación coherente de recursos y voluntad política, aspectos que no han sido bien encaminados en Piura por las autoridades gubernamentales y las de salud. Se conoce que los planes de prevención y control se hacen con antelación pero el financiamiento duerme el sueño de los justos, que solo sale de su letargo cuando el problema se ha propagado de manera casi incontrolable y con la lamentable pérdida de vidas humanas.
Acciones que se deben llevar a cabo en forma permanente durante todo el año
Las acciones que deben realizarse permanentemente, con el objeto de reducir la población del mosquito transmisor están divididas en cuatro grupos: Saneamiento ambiental; Control focal; Monitoreo o vigilancia del Aedes aegypti; y Educación, Participación Comunitaria y Comunicación de Riesgo.
1. Saneamiento ambiental, consiste en:
* Solucionar las principales deficiencias en las condiciones de abastecimiento del agua, eliminación de excretas y de residuos sólidos. Estas acciones deben ser categorizadas como las principales herramientas disponibles para la eliminación de la enfermedad.
* Mantener la limpieza y el orden en los edificios públicos y todos aquellos espacios sobre cuyo mantenimiento sean responsables los gobiernos municipales, provinciales o nacionales. Esta limpieza implica el desmalezado y la eliminación de todos aquellos recipientes que puedan ser potenciales criaderos para Aedes aegypti. Aquellos recipientes que no puedan ser eliminados o tapados podrán ser tratados con larvicidas como el abate. Se debe poner especial énfasis en aquellos sitios que por la abundancia de criaderos que ofrecen (los floreros en los cementerios, los autos y chatarras viejas en las chatarrerías y desarmaderos de autos por ejemplo) o por la cantidad de personas que congregan (hospitales, cárceles, terminales de transporte, centros de salud, clubes deportivos, balnearios, etc.). También se deben identificar aquellos espacios privados sobre los cuales sea posible ejercer actividades de control (gomerías, corralones, depósitos entre otros).
* Eliminar los inservibles, que hace referencia a la erradicación de las viviendas y espacios públicos de todos aquellos recipientes inútiles para los moradores, que podrían ser utilizados por el mosquito como criadero.
2. Control Focal
Este tipo de control está dirigido a la fase inmadura acuática del mosquito. Se considera “foco” a cualquier recipiente con agua que contiene larvas de Aedes aegypti. Se aplica en las viviendas y alrededores inmediatos. Los terrenos baldíos, las orillas de los canales, los parques y jardines públicos, se inspeccionan y tratan como viviendas. Para su ejecución es necesario personal debidamente capacitado, el que trabaja con la cooperación de los vecinos, ya que éstos deben autorizar la entrada en las viviendas para la realización de las tareas. Cualquiera que sean las actividades antilarvarias, no debe olvidarse la implementación de acciones de ordenamiento del medio y el trabajo conjunto con la comunidad, para involucrarla en la forma que sea posible.
3. Monitoreo o vigilancia del Aedes aegypti
La vigilancia de Aedes aegypti es un proceso descentralizado (bajo la responsabilidad de los municipios y con el apoyo de las provincias y nación si fuera necesario), sostenible y evaluable, orientado al registro sistemático de información entomológica para su análisis constante. Esta información permitirá predecir, prevenir y/o controlar a los mosquitos transmisores de Dengue y asimismo prevenir la aparición de la Fiebre Amarilla urbana, que se transmite también por el Aedes aegypti.
4. Educación, Participación Comunitaria y Comunicación de Riesgo
La participación comunitaria es el proceso que permite involucrar a la población, autoridades locales, instituciones públicas y a los sectores social y privado en los programas y acciones de salud, representa un compromiso e identificación con un fin social, es decir, no se reduce en un sentido simplista a la convocatoria de la población para que ésta se incorpore a actividades aisladas, por el contrario, hace referencia a un proceso en donde el individuo se transforma en un sujeto protagónico, capaz de incidir en la reconstrucción de su espacio, la prevención de enfermedades, la transformación de su entorno y la problemática cotidiana, a través de alternativas que promuevan la justicia e igualdad social.
La OMS ha establecido que una de las formas para fortalecer el programa de prevención y control de Dengue, debe estar basado en la participación activa de las familias y la comunidad, en la eliminación y control de criaderos de mosquitos.
Se deben realizar campañas de promoción radial, televisiva, en escuelas, en eventos políticos y religiosos, talleres de capacitación a profesionales de la salud y técnicos de campo.
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