Qué es, cuáles son sus consecuencias y cómo puede evitarse
Los últimos cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que en el mundo hay aproximadamente 1600 millones de adultos (mayores de 15 años) con sobrepeso y al menos 400 millones de adultos obesos. Además, la OMS calcula que en 2015 habrá aproximadamente 2300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad.
Aunque antes se consideraba un problema propio de los países de altos ingresos, el sobrepeso y la obesidad están aumentando agigantadamente en los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en el medio urbano.
En nuestro país se estima que alrededor de 7 millones de personas tienen problema de sobrepeso. En el norte de Perú, el sobrepeso excede el 30% y en otros lugares puede llegar hasta el 40% de los habitantes. De todos ellos, solo el 4% de la población acude consulta médica.
¿Qué son la obesidad y el sobrepeso?
La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El Índice de Masa Corporal (IMC) es el indicador más simple que se para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos, tanto a nivel individual como poblacional. Este se obtiene dividiendo el peso de la persona (en kilogramos) entre su talla (en metros) elevada al cuadrado. Por ejemplo, si un adulto pesa 78 Kg. y mide 1.59 m., su IMC se calcula de la siguiente manera: 78/(1.59)2 = 78/(2.5281) = 30.8. Es decir, tiene 30.8 Kg. por metro cuadrado de la superficie de su cuerpo. Haga usted el cálculo de su IMC y compárelo con la siguiente tabla y sabrá su diagnóstico nutricional:
* IMC menor de 18.5 Bajo de peso
* IMC de 18.5 a 24.9 Normal
* IMC de 25 a 29.9 Sobrepeso
* IMC de 30 a 34.9 Obesidad Clase I
* IMC de 35 a 39.9 Obesidad Clase II
* IMC mayor de 40 Obesidad Clase III o mórbida
Estos valores sirven de referencia para las evaluaciones individuales, pero hay pruebas de que el riesgo de enfermedades crónicas en la población aumenta progresivamente a partir de un IMC mayor de 21.
Más allá del IMC, la distribución de la grasa modifica el riesgo para la salud del individuo. Si el tejido graso se acumula en la mitad superior del cuerpo, en especial aquella que se deposita en el abdomen se asocia con mayor frecuencia de riesgo de diabetes o enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos. El efecto negativo de la distribución central de la grasa sobre el riesgo de enfermedad asociada es importante, incluso en individuos que no son obesos por su IMC. El perímetro de la cintura se acepta como medida clínica indirecta de distribución central de la grasa y resulta un buen indicador de riesgo cardiaco. La OMS considera las siguientes medidas de la cintura como indicadoras de riesgo significativamente aumentado: hombres con 102 cm o más y mujeres con 88 cm o más.
¿Cuáles son las causas de la obesidad y el sobrepeso?
La causa fundamental de la obesidad y el sobrepeso es un desequilibrio entre el ingreso y el gasto de calorías. Este aumento se debe a varios factores, entre los que podemos citar:
* La modificación de la dieta, con una tendencia al aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes.
* La tendencia a la disminución de la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchos trabajos, a los cambios en los medios de transporte y a la creciente urbanización.
¿Cuáles son las consecuencias más frecuentes del sobrepeso y la obesidad?
El riesgo de estos problemas de la salud aumenta progresivamente a medida que se incrementa el IMC. El IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades crónicas, tales como:
* Las enfermedades cardiovasculares (especialmente las enfermedades del corazón y los accidentes vasculares cerebrales o “derrames”), que ya constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo, con 17 millones de muertes por año.
* La diabetes, que se ha transformado rápidamente en una epidemia mundial. La OMS calcula que las muertes por diabetes aumentarán en todo el mundo, al año 2015, en más de un 50%.
* Las enfermedades del aparato locomotor, y en particular la artrosis.
* Algunos cánceres, como los de la capa interna del útero (endometrio), mama y colon.
Muchos países de ingresos bajos y medios se enfrentan en la actualidad a una doble carga de enfermedad: siguen teniendo el problema de las enfermedades infecciosas y la desnutrición, pero al mismo tiempo están sufriendo un rápido aumento de los factores de riesgo de las enfermedades crónicas, tales como el sobrepeso y la obesidad, sobre todo en el medio urbano. No es raro que la desnutrición y la obesidad coexistan en un mismo país, una misma comunidad e incluso un mismo hogar. Esta doble carga de enfermedad es causada por una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la primera infancia, seguida del consumo de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y con escasos micronutrientes, combinada con la falta de actividad física.
¿Cómo reducir la obesidad y sobrepeso?
La obesidad, el sobrepeso y las enfermedades relacionadas con ellos son en gran medida evitables. A nivel personal, las personas pueden:
* Lograr un equilibrio energético y un peso normal.
* Reducir la ingesta de calorías procedentes de las grasas y cambiar del consumo de grasas saturadas al de grasas insaturadas.
* Aumentar el consumo de frutas y verduras, legumbres, granos integrales y frutos secos.
* Reducir la ingesta de azúcares.
* Aumentar la actividad física (al menos 30 minutos de actividad física regular, de intensidad moderada, la mayoría de los días). Para reducir el peso puede ser necesaria una mayor actividad.
La puesta en práctica de estas recomendaciones requiere un compromiso político sostenido y la colaboración de muchos interesados, tanto públicos como privados. Los gobiernos (nacional y regional), las asociaciones internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen responsabilidades fundamentales que desempeñar en la creación de ambientes sanos y en hacer accesibles alternativas dietéticas más saludables.
Esto es especialmente importante para los sectores más vulnerables de la sociedad, como la población pobre y la infantil, cuyas opciones con respecto a los alimentos que consumen y a los entornos en los que viven son más limitadas.
¿Cómo tratar la obesidad y el sobrepeso?
Si ya existe obesidad o sobrepeso las metas del tratamiento se enfatizan en lograr perdidas de peso realistas, adecuadas y pactadas con el paciente, haciéndolo participe de su tratamiento. El tratamiento de la obesidad va más allá de la sola perdida de peso, se orientaran a mejorar o eliminar las enfermedades asociadas a la obesidad y disminuir el impacto de las futuras complicaciones relacionadas al exceso de peso, pudiendo estas ser alcanzadas con la modesta perdida de un 5 a 10% del peso inicial.
Los criterios para lograr un tratamiento adecuado dependen de múltiples variables, tales como la edad, IMC, distribución de la grasa corporal, existencia de enfermedades asociadas y sedentarismo. Las medidas a implementar incluyen cambios en el estilo de vida: plan de alimentación, actividad física y modificación de la conducta. En determinados casos se usaran fármacos y en situaciones especificas se tiene como indicación la cirugía.
Los objetivos de la perdida de peso deberán de ser realistas, individualizados y mantenidos a largo plazo. Un 5 a 15% de pérdida de peso durante un período de 6 meses es realista y de comprobado beneficio para la salud. Una mayor pérdida de peso (20% o más) puede ser considerada para las personas con mayores grados de obesidad (IMC ≥ 35 kg/m2). La prevención y el mantenimiento de la perdida del peso y el tratamiento de las enfermedades asociadas son los dos criterios principales de éxito en el tratamiento. Hay que considerar la intervención de un especialista en obesidad en caso de que la persona no baje de peso como respuesta a la intervención indicada.
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