Cómo evitar los infartos de miocardio (“ataques al corazón”) y
los accidentes cerebrovasculares (“derrames”)
El reciente 28 de setiembre se celebró el Día Mundial del Corazón, con la intención de que se enfatice en la población cómo reducir los factores de riesgo que llevan a las enfermedades cardiovasculares, tales como el infarto de miocardio (“ataques al corazón”) y los accidentes cerebrovasculares (“derrames”).
Estas enfermedades son las que causan la mayor mortalidad del mundo, no en vano se cobran más de 17 millones de vidas al año (30% de todas las muertes del orbe). Más del 80% se producen en países de ingresos medios y bajos. La creencia general es que sólo afecta a los varones de edad madura, pero lo cierto es que ocurre tanto en los varones como en las mujeres. El riesgo, en la población femenina, aumenta notablemente después de la menopausia. La buena noticia es que se pueden tomar medidas para evitar los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares.
¿Qué son las enfermedades cardiovasculares?
Las enfermedades cardiovasculares se deben a trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, entre los que destacan la cardiopatía coronaria y los accidentes cerebrovasculares. La cardiopatía coronaria es una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan al músculo del corazón (miocardio) y que puede llevar al infarto del miocardio (“ataque al corazón”); mientras que los accidentes cerebrovasculares (ACV, “derrames” o apoplejía) son las enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro. También dentro de este grupo de enfermedades están las arteriopatías periféricas (enfermedades de los vasos sanguíneos que llevan sangre a los miembros superiores e inferiores), la cardiopatía reumática (lesiones del músculo del corazón y de sus válvulas producidas por la fiebre reumática), las cardiopatías congénitas (malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento) y las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares (coágulos de sangre en las venas de las piernas, que pueden desprenderse y alojarse en los vasos sanguíneos del corazón y los pulmones).
¿Qué causa los infartos de miocardio (“ataques al corazón”) y los accidentes cerebrovasculares (“derrames”)?
Casi dos tercios de las personas que sufren un infarto de miocardio mueren antes de recibir atención médica, mientras que el 60% de los pacientes con accidentes cerebrovasculares mueren o quedan discapacitados. De ahí que es de vital importancia conocer los factores que aumentan la probabilidad de sufrir estas enfermedades. Esos factores se denominan factores de riesgo. Los tres factores más importantes están relacionados con el estilo de vida, estos son: el consumo de tabaco, la dieta poco saludable, y la inactividad física.
Los factores relacionados con el estilo de vida pueden producir tres problemas físicos graves, tales como presión arterial alta (hipertensión arterial), concentración alta de azúcar en la sangre (hiperglucemia o diabetes), y concentración alta de lípidos o grasas en la sangre (hiperlipidemia: aumento del colesterol y/o triglicéridos). Por ello, la modificación de los estilos de vida constituye un deber para con nuestros hijos.
¿Qué se puede hacer para evitar un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular?
El aspecto positivo de estas enfermedades es que el 80% de los infartos de miocardio y de los accidentes cerebrovasculares prematuros son prevenibles. La dieta sana, la actividad física regular y el abandono del consumo de tabaco son fundamentales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve las siguientes medidas para prevenir muertes prematuras y discapacidades causadas por estos males:
Deje el tabaco. El tabaco se puede utilizar de muchas formas: fumado en cigarrillo, cigarro o pipa, mascado o inhalado por la nariz en forma de rapé. Lo use como lo use, el tabaco es muy nocivo para la salud. Si consume tabaco, abandone el hábito cuanto antes. Esta es una de las medidas más importantes que puede tomar para proteger su salud.
Mejore su alimentación:
* Coma cinco raciones de fruta y hortalizas (400-500 gramos) todos los días. Las frutas y hortalizas contienen sustancias que ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares; protegen los vasos sanguíneos y los tejidos del corazón y del cerebro.
* Evite la sal y los alimentos salados. Muchos alimentos en conserva, como los encurtidos o los pescados secos salados, contienen gran cantidad de sal. Además, la comida rápida, como las papas fritas, suelen contener mucha sal añadida. Algunos alimentos listos para servir, como las cenas congeladas, también puede ser muy salados. Trate de no añadir sal a la comida. Se debe consumir menos de una cucharadita de sal (5 gramos) por día.
* Coma más fibra. Entre los alimentos que contienen fibra figuran los frijoles, las lentejas, las arvejas, la avena, las frutas y las hortalizas.
* Coma al menos dos raciones semanales de pescado graso. El aceite de pescado contiene grasas “buenas” llamadas ácidos grasos omega 3, que protegen de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares porque evitan que se formen coágulos en la sangre.
* Reduzca el consumo de bebidas alcohólicas. Los varones no deben tomar más de dos unidades de alcohol por día, y las mujeres una como máximo. Un trago o unidad de alcohol contiene unos 10 gramos de alcohol. Eso equivale a una botella de cerveza de 250 ml, un vaso de vino de 100 ml o un vaso de whisky de 25 ml.
* Reduzca el consumo de alimentos grasos. Las grasas saturadas y las grasas trans aumentan la concentración del colesterol “malo” en la sangre, así como el riesgo de infarto de miocardio. Reduzca el consumo de esas sustancias. Las grasas insaturadas son menos nocivas, pero aún así pueden hacer que aumente de peso. Consúmalas con moderación.
Manténgase activo y controle su peso.
* Control del peso. Si come mucho y no se mueve lo suficiente para quemar las calorías consumidas, aumentará de peso. Las personas con sobrepeso u obesas corren mayor riesgo de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. La obesidad central (exceso de grasa concentrada en la zona de la cintura y el vientre) aumenta el riesgo de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Se considera que hay obesidad central cuando el perímetro de la cintura es igual o superior a 102 cm en los varones y a 88 cm en las mujeres. Su peso óptimo depende de su talla, edad y sexo. Su médico de confianza puede ayudarle a calcular su peso ideal.
* Actividad física. La actividad física reduce el riesgo de padecer infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares debido a que reduce la presión arterial, el azúcar y los lípidos o grasas en la sangre; aumenta el oxígeno en el cuerpo; ayuda a bajar de peso; reduce el estrés; fortalece el corazón, los músculos y los huesos; mejora la circulación de la sangre; tonifica los músculos; y reduce el riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer, como los de colon o mama. Por ello, se debe tratar de hacer unos 30 minutos de actividad física casi todos los días de la semana. No tiene que ser de una sola vez, puede hacerse en varias etapas a lo largo del día.
Reduzca la hipertensión. La hipertensión arterial puede deberse a un rasgo familiar, causada por el endurecimiento de las arterias por la edad, relacionada con algunas enfermedades renales o por el uso de algunos medicamentos, como las píldoras anticonceptivas. Pero existen algunos factores relacionados con el estilo de vida que provocan hipertensión o la agravan, tales como el sobrepeso y la obesidad, el exceso de sal en las comidas y el consumo exagerado de bebidas alcohólicas. Si la persona tiene hipertensión debe mantener un peso adecuado; permanecer activo; llevar una alimentación sana, con pocas grasas y sal y gran cantidad de frutas y hortalizas; no fumar; no consuma bebidas alcohólicas en exceso y medirse la presión arterial con regularidad.
Reduzca la concentración alta de azúcar en la sangre (hiperglucemia). Las personas que tienen una gran cantidad de azúcar en la sangre, como los diabéticos, corren mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis, es decir, el estrechamiento y endurecimiento de las arterias responsable que causa los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares. Si la diabetes no recibe tratamiento, puede incluso producir ceguera, insuficiencia en el riñón, lesiones nerviosas, úlceras en las piernas y coma. Si la diabetes se controla de forma adecuada, el riesgo de padecer infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia cardiaca disminuirá. Las modificaciones del estilo de vida suelen contribuir a regular el azúcar en la sangre. Dichas modificaciones incluyen comer alimentos sanos; evitar las comidas ricas en azúcares, grasas y calorías; mantener un peso adecuado, reducir el consumo de bebidas alcohólicas; y tener una actividad física regular.
Reduzca la concentración alta de lípidos o grasas en la sangre (hiperlipidemia). Entre los lípidos o grasas de la sangre figuran el colesterol y los triglicéridos. El cuerpo humano necesita una cierta cantidad de colesterol, pero cuando la concentración de grasas en la sangre es muy elevada (hiperlipidemia), estas se depositan en las arterias, con lo cual aumenta el riesgo de sufrir infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Las concentraciones altas de colesterol pueden ser un rasgo característico de algunas familias. No obstante, casi siempre se deben a una dieta poco saludable y a la inactividad física. Para conocer la concentración sanguínea de lípidos o grasas, solicite a su médico de confianza que le practique un sencillo análisis de sangre. Si tiene el colesterol o los triglicéridos elevados lleve una alimentación sana, con abundante cantidad de frutas y hortalizas y poca cantidad de grasa animal, aceites saturados y colesterol; mantenga un peso adecuado; y permanezca activo.
Si pese a todo lo anterior no logra reducir lo suficiente la presión arterial y la concentración alta de azúcar o grasas en la sangre, su médico puede prescribirle medicamentos. Tómelos con regularidad, incluso si no siente sus efectos, y procure llevar un estilo de vida saludable.
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