Qué es, cuáles son sus riesgos y cómo prevenir su aparición
A inicios de setiembre de 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado que la reducción del consumo de alcohol y de agua insalubre, la disminución de la desnutrición infantil y de hipertensión arterial, la mejora del saneamiento y la disminución de las prácticas sexuales “de riesgo”, pueden incrementar la esperanza de vida a nivel mundial en 5 años.
De acuerdo al informe ‘Riesgos para la Salud Mundial’, de próxima aparición, estos seis factores de riesgo son los responsables de la cuarta parte de las muertes que se producen en todo el mundo y de la quinta parte de los años de vida condicionados por alguna discapacidad adquirida.
En este estudio se analizarán los efectos de los factores de riesgo entre los años 1990 y 2005, lo que permitirá determinar las tendencias de la exposición a los riesgos, así como sus efectos; además que se incluirán nuevos factores de riesgo como la ingesta de sal, la carencia de ácido fólico y la violencia de género.
Por ello, para contribuir al incremento de años de vida, trataremos en esta entrega de Salud Integral, de uno de estos factores de riesgo, la hipertensión arterial, y así conocer más de cerca cómo evitar que aparezca y disminuir sus complicaciones.
Hipertensión arterial en el Perú y el mundo
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica no transmisible muy común en todo el mundo, afecta a más del 20% de los adultos entre 40 y 65 años y casi al 50% de las personas de más de 65 años. En nuestro país, la Sociedad Peruana de Cardiología, ha informado que presenta una prevalencia de 27.3% en la costa, 22.1% en la sierra y 22.7% en la selva. Esta enfermedad representa el factor de riesgo más importante de los accidentes cerebrovasculares (popularmente conocido como “derrame”) y es la causa del 30% de los pacientes con insuficiencia crónica del riñón.
¿Qué es hipertensión arterial?
Cuando el corazón late, la sangre es bombeada hacia las arterias y crea presión en ellas, permitiendo que circule por todo el cuerpo. Cada vez que se toma la presión arterial, se dan dos cifras. La primera registra la llamada presión sistólica (aquella presión que se produce en las arterias cuando late el corazón); y la segunda, la presión diastólica (aquella presión que se registra cuando el corazón descansa entre latidos).
Se llama hipertensión arterial a la elevación de uno de los dos componentes de la presión sanguínea, la sistólica (igual o mayor de 140 mmHg) o la diastólica (igual o mayor de 90 mmHg); medidas en al menos dos visitas diferentes, en condiciones óptimas, en un periodo máximo de dos meses. Sin embargo, la hipertensión arterial no solo puede ser definida como el aumento de las cifras de la presión arterial, sino como un conjunto de alteraciones que involucran al corazón, vasos sanguíneos y metabolismo corporal.
¿Qué síntomas produce la hipertensión arterial?
El hipertenso pocas veces presenta síntomas o señales de que tiene la enfermedad, por lo que se le conoce también como el “enemigo silencioso”. Cuando se presentan síntomas, casi siempre la enfermedad tiene varios años de haberse iniciado. La aparición de síntomas, generalmente, quiere decir que ha habido compromiso o daño en algún órgano como el corazón, el cerebro o los riñones.
Algunos síntomas de la hipertensión arterial son: dolor de cabeza, mareos, falta de aire cuando se realiza ejercicio o incluso al caminar, alteración de la visión, zumbidos en los oídos, dolor de pecho e hinchazón en las piernas.
Factores de riesgo de enfermedad cardiovascular
Los factores de riesgo que pueden condicionar que se enferme el corazón y los vasos sanguíneos se clasifican en:
Factores de riesgo mayores:
* Hipertensión arterial.
* Tabaquismo.
* Obesidad: Una persona es obesa si su Índice de Masa Corporal (IMC) es igual o mayor de 30 (el IMC se calcula dividiendo el peso de la persona (en kilogramos) entre la talla (en metros) elevada al cuadrado), o si la circunferencia de su cintura es mayor de 102 cm en los varones o superior a 88 cm en mujeres.
* Índice cintura/cadera (que se obtiene dividiendo la medida de la cintura y de la cadera) mayor de 0.98 en varones o mayor de 0.85 en mujeres.
* Inactividad física (sedentarismo).
* Aumento del colesterol o los triglicéridos sobre las cifras normales.
* Diabetes mellitus.
* Edad: Ser de mayor de 55 años en varones o tener más de 65 años en mujeres.
* Antecedente familiar de enfermedad cardiovascular prematura: que se haya presentado en varones con menos de 55 años o en mujeres menores de 65 años.
Factores de riesgo de daño en algún órgano
* Corazón: Aumento del volumen del ventrículo izquierdo, angina o infarto del corazón previo o insuficiencia cardiaca.
* Cerebro: alteración de los vasos sanguíneos del cerebro o “derrame” transitorio.
* Enfermedad crónica del riñón.
* Enfermedad de las arterias.
* Enfermedad de la retina.
La hipertensión arterial es un factor de riesgo cardiovascular muy importante. La relación entre la presión arterial y el riesgo de problemas del corazón y los vasos sanguíneos es continua, consistente e independiente de otros factores de riesgo. A una mayor presión arterial, mayor riesgo de infarto del corazón, insuficiencia cardiaca, enfermedad de los vasos sanguíneos del cerebro y enfermedad del riñón. Para las personas de 40 a 70 años de edad, cada incremento de 20 mmHg de la presión sistólica o 10 mmHg en la presión diastólica duplica el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Prevención de la hipertensión arterial
Los factores que ayudan a evitar la aparición de esta enfermedad son:
* Control de peso. El IMC recomendable para la población en general debe estar entre 18 y 25. El control de peso se logra mediante una alimentación saludable y actividad física adecuada a las condiciones y estado de salud de las personas.
* Actividad física. A las personas son vida sedentaria se recomienda el ejercicio aeróbico de 30 a 40 minutos la mayor parte de la semana, tales como caminatas, ciclismo, natación, etc.
* Consumo de sal. Es indispensable reducir el consumo de sal, el cual no debe ser mayor de 6 gramos por día. Es recomendable verificar el contenido de sal en la etiqueta de los productos procesados industrialmente.
* Consumo de alcohol. La recomendación general es evitar o al menos moderar el consumo de alcohol.
* Dieta. Reducir el consumo de alimentos de origen animal, colesterol, grasas saturadas y azúcares simples. Debe procurarse una alimentación que garantice una adecuada ingestión de potasio, magnesio y calcio; a través del consumo de frutas, verduras frescas, cereales y legumbres y derivados lácteos desgrasados. La dieta ideal es baja en calorías, rica en alimentos frescos antes que procesados, además de baja en grasas y sal. El consumo de pescado debe incrementarse por contribuir a la reducción del peso y ser beneficioso para las grasas del organismo.
* Tabaco. Se debe abandonar el hábito de fumar.
Si la persona tiene riesgos de enfermedad cardiovascular o padece de hipertensión arterial debe estar bajo control médico periódico, y modificar sus estilos de vida, de acuerdo a lo antes descrito para reducir la presión arterial, mejorar la eficacia de los medicamentos y disminuir el riesgo cardiovascular. Estas modificaciones pueden lograr efectos similares o superiores a los alcanzados por los fármacos antihipertensivos.
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