sábado, 26 de septiembre de 2009

Micronutrientes

Hay más de 2 000 millones de personas en el mundo que sufren deficiencias de micronutrientes, según los datos proporcionados por Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés). Cerca de 2 000 millones padecen de anemia, de las cuales el 52% son mujeres embarazadas y el 39% niños menores de 5 años. Por su lado, la deficiencia de yodo alcanza a 740 millones y la deficiencia de vitamina A entre 100 a 140 millones de niños. La pérdida mundial de productividad social a causa de deficiencias acumulativas de micronutrientes llega cerca de los 50 millones de años de vida productiva en la última década.
Las deficiencias de micronutrientes en los niños dan lugar a un crecimiento retardado, ceguera y problemas en el desarrollo mental. La anemia por deficiencia de hierro provoca el 20 % de las muertes maternas en África y Asia. La deficiencia de vitamina A deja parcial o totalmente ciegos a 500 000 niños cada año, también aumenta la susceptibilidad a las enfermedades, retrasa el crecimiento y el desarrollo y aumenta las tasas de mortalidad por sarampión, diarrea y enfermedades respiratorias. La deficiencia de yodo es la causa aislada más importante de lesiones cerebrales prevenibles en los niños y también aumenta la incidencia de abortos, muertes del feto durante el embarazo y muertes maternas. Existen más de 16 millones de casos de cretinismo y cerca de 49,5 millones de personas que sufren lesiones cerebrales debido a la deficiencia de yodo.
Nuestro país presenta también graves problemas de salud relacionados a los micronutrientes. Se observan altos niveles en la prevalencia de anemia nutricional, tanto en las mujeres en edad fértil, donde esta afección compromete al 33 %, como en los niños menores de 5 años que llegan a padecer este problema en cerca del 50 %. Las mujeres embarazadas no escapan a esta realidad del país; en ellas esta deficiencia llega al 39 %. Estas cifras expresan claramente la aún escasa accesibilidad a los servicios de salud, la inequidad y exclusión de los grupos de peruanos más pobres y de las áreas rurales.
Otro problema nutricional importante es la deficiencia de vitamina A en la población infantil que se presenta bajo su forma subclínica, es decir, que no muestra síntomas ni signos inmediatos. Esto provoca una menor respuesta del sistema inmunológico del organismo frente a enfermedades infecciosas como la diarrea y las infecciones respiratorias agudas, ambas causantes de la mitad de la mortalidad infantil.
Las alteraciones por deficiencia de yodo (presente en la sal yodada) han sido controladas mediante un programa sostenido en los últimos 20 años, sin embargo, es una meta que requiere ser sostenida.
Lo relevante es que las deficiencias de micronutrientes son fáciles de prevenir y corregir con una alimentación apropiada, alimentos enriquecidos y suplementos. Los estudios indican que si logramos corregir las carencias de micronutrientes, se podría:
* Evitar 4 de cada 10 muertes infantiles
* Reducir en más de un tercio la tasa de mortalidad materna
* Incrementar la capacidad de trabajo en hasta un 40%
* Aumentar el coeficiente de inteligencia de la población en 10-15 puntos
* Elevar el Producto Nacional Bruto de un país en hasta un 5%
Líneas adelante detallaremos los beneficios de los principales micronutrientes y sus fuentes:

Vitamina A
La vitamina A protege la salud y la visión. Las mujeres que amamantan la necesitan de manera especial para mantenerse sanas y pasar dicha vitamina a sus hijos a través de la leche materna; asimismo, los niños pequeños necesitan vitamina A después del destete para crecer, desarrollarse normalmente y conservarse sanos.
La vitamina A ayuda a proteger nuestra salud y nuestras vistas de varias maneras:
* Es vital para el funcionamiento adecuado de los ojos ya que protege la córnea, a través de la cual se ve. Si se tiene alguna deficiencia de vitamina A es posible que se vea con dificultad cuando haya poca luz. Una severa deficiencia de vitamina A puede resultar en ceguera.
* Actúa en las células que cubren todo el aparato respiratorio, urinario, digestivo y ocular favoreciendo su protección.
* Ayuda a reducir la gravedad de muchas infecciones entre ellas la diarrea y el sarampión.
* Ofrece mayores probabilidades de sobrevivir a las infecciones a los niños pequeños que la reciben debido a que actúa en la respuesta inmunológica.
Esta vitamina se encuentra en los alimentos bajo dos formas: la pre-formada y los carotenos. Los principales alimentos que contienen vitamina A como pre-formada son: hígado (de cualquier animal); productos lácteos como la leche, el queso, la mantequilla y los helados; huevos; los pescados como la sardina y atún; aunque la más rica fuente de vitamina A son los aceites de hígado de pescado (bacalao). Los carotenos se encuentran principalmente en zanahorias, verduras de hojas oscuras (espinaca, acelga, berros, perejil, hojas de cebolla, hojas tiernas de quinua, etc.), zapallo, camote, mango, papaya y aguaje.
El cuerpo humano no puede producir vitamina A. Por consiguiente, toda la vitamina que se requiere debe venir de los alimentos, sin embargo, el organismo puede almacenar cualquier cantidad extra de vitamina A que ingerimos en el hígado, manteniendo de esta manera una reserva para cuando se necesite.

Hierro
El hierro es un nutriente cuyas funciones están relacionadas con el transporte y almacenamiento de oxígeno en los diferentes tejidos y órganos del cuerpo, así como en los procesos de respiración celular y producción de energía por la célula. Es especialmente importante en los niños, y en la mujer durante la adolescencia, el embarazo y la lactancia materna. Durante el embarazo, además del hierro que contienen los alimentos, la madre debe recibir suplementos de hierro.
El hierro de los alimentos se agrupa en dos componentes: hierro “vegetal” y “animal”.
El hierro “vegetal” se encuentra principalmente en los cereales como arroz y trigo; menestras; vegetales verdes color oscuro (espinacas, acelgas, paico y perejil); huevos y lácteos. La desventaja que tiene es que se absorbe poco; sin embargo, el consumo de alimentos ricos en vitamina C (papaya, granadilla, cítricos, coliflor y papa); y el consumo de carnes rojas, pescados, mariscos, aves y cereales fermentados, incrementan su absorción por el organismo.
El hierro “animal” está presente en las carnes rojas, vísceras, sangre, pescados, mariscos, aves y leche materna. Tiene una excelente absorción y además ayuda a utilizar mejor el hierro “vegetal”.

Yodo
Las personas requieren consumir diariamente cantidades mínimas de yodo con el fin de lograr el funcionamiento normal de la glándula tiroides, cuyo producto, las hormonas tiroideas son las principales reguladoras del metabolismo del organismo y tienen un rol muy importante en el crecimiento y desarrollo del cerebro, los nervios y otros tejidos.
La presencia de yodo en los alimentos depende de la concentración de este mineral en el suelo y en las aguas de las regiones donde estos se producen. Consecuentemente todos los elementos de origen marino (pescados, mariscos y algas) son las fuentes más ricas de yodo. Otra fuente de yodo alimentario está conformada por los alimentos en cuya preparación se utiliza harina de pescado, sal yodada u otros alimentos ricos en yodo, entre ellos tenemos las carnes y los huevos de granja, el pan, las bebidas y otros alimentos envasados.

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