lunes, 5 de octubre de 2009

Vacunación contra la Hepatitis B

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de dos billones de habitantes en el mundo han sido infectados por el virus de la hepatitis B (VHB), de los cuales 350 millones serán portadores crónicos, es decir, no padecerán la enfermedad pero podrán contagiarla por tener el virus en su sangre. Se conoce además que aproximadamente un millón de muertes por año están relacionadas directamente a la infección por este virus.
En Sudamérica el número de portadores del VHB se incrementa conforme se va de sur a norte. Hay un elevado número de afectados en la zona central y oeste de la región Amazónica del Brasil y ciertas zonas de Colombia y Venezuela. Se calcula que pueden haber entre 140 000 a 400 000 nuevos casos de hepatitis B anualmente en Latinoamérica, dos tercios de ellos en América del Sur, incluyendo entre 500 a 1000 casos de hepatitis fulminante. Cada año la infección por este virus produce cerca de 3000 casos de hepatitis crónica, entre 12 000 a 45 000 casos de cirrosis, y de 3 000 a 12 000 casos de cáncer de hígado.
A esto se añade el hecho de que el virus de la hepatitis Delta (VHD), presente en la cuenca amazónica, cuando se asocia al VHB empeora el pronóstico de la infección, debido a que acelera la evolución de la enfermedad hacia cirrosis, cáncer del hígado o hepatitis fulminante. La infección por hepatitis Delta tiene distribución mundial y se estima que los infectados por este virus superan el cinco por ciento de la población.
En el Perú, el nivel de infección por VHB es, en promedio, intermedio. No obstante, hay zonas en el que este nivel es muy alto, tales como ciertas áreas rurales de la amazonía y los valles interandinos de Abancay, Andahuaylas, Quillabamba, Huanta y el del Río Pampas. Igualmente, hay áreas de nivel bajo como las ciudades de la costa. Sin embargo, la intensa migración interna en el país, debida a factores económicos y sociales, hace que las personas puedan ir de áreas de nivel muy alto de infección hacia las de nivel bajo, y viceversa, cambiando de manera importante la distribución de la infección por VHB y Delta.

¿Cómo se transmite la hepatitis B y Delta?
Se consideran cuatro formas fundamentales de transmisión:
* Transmisión a través de la piel, transfusiones de la sangre y sus derivados: por contacto con sangre o productos derivados de la sangre; agujas, jeringas o instrumentos contaminados; hemodiálisis; uso de drogas intravenosas; cirugía oral; tatuajes; perforaciones (piercing); o acupuntura con instrumentos reusados.
* Transmisión sexual: por contacto íntimo o sexual con personas infectadas.
* Transmisión “perinatal”: de las madres infectadas a sus niños durante el embarazo, parto o posterior al nacimiento.
* Transmisión “horizontal”: por compartir objetos contaminados, pudiendo ser la saliva un medio importante de infección.
Teniendo en cuenta estos mecanismos de transmisión, es recomendable tener en cuenta a grupos de riesgo para hepatitis B, tales como: los nacidos en áreas en la que es frecuente la hepatitis B, hombre que tienen sexo con hombres, trabajadoras sexuales, drogadictos intravenosos, pacientes en hemodiálisis, pacientes positivos al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), embarazadas, y aquellas personas con contacto familiar, íntimo o sexual con alguien VHB positivo.

La Vacuna contra la hepatitis b
La vacuna que se usa actualmente emplea una dosis de 0,5 mL para los niños y de 1,0 mL para los adultos. La administración debe ser por vía intramuscular, en el muslo para los niños menores de 2 años; y en el hombro en niños mayores, adolescentes y adultos.
El esquema de tres dosis planteado en nuestro país ofrece una protección por encima del 95% en infantes, niños y adolescentes, y en más del 90% en adultos menores de 40 años. Luego, a mayor edad el porcentaje de protección disminuye.
Las reacciones que produce suelen ser dolor en el lugar de la inyección y elevación de la temperatura, tanto en niños como en adultos. Numerosos estudios han demostrado que la vacuna contra el VHB es una de las más seguras. No se observan efectos adversos serios. La composición de la vacuna, que carece del material genético de la enfermedad, hace imposible que pueda inducir hepatitis.
Esta contraindicada en las personas alérgicas a la levadura, lo cual es una posibilidad muy poco frecuente debido a que la población está expuesta a la levadura que se usa en la producción del pan o la cerveza. Dado que hay información limitada sobre el uso de la vacuna en el embarazo, se recomienda vacunarse al finalizar la gestación.

¿El timerosal de la vacuna produce autismo?
El timerosal es un compuesto orgánico que contiene etilmercurio, el cual ha sido utilizado como preservante en la producción de vacunas desde 1930, fundamentalmente, para evitar la contaminación por bacterias y hongos durante la elaboración de las vacunas o en frascos de vacunas envasadas para varias dosis (multidosis).
El etilmercurio es diferente del metil mercurio, este último si se conoce que es tóxico para el sistema nervioso. El etilmercurio se metaboliza rápidamente a través de la orina y heces, a diferencia del metilmercurio que si tiene un efecto acumulativo.
A raíz de los temores respecto de los posibles efectos tóxicos que pudiera generar el timerosal presente en las vacunas, numerosos investigadores han escudriñado la probabilidad de esta asociación.
Un estudio publicado en la prestigiosa revista médica JAMA el año 2003 en Dinamarca, evaluó a cerca de 500 000 niños nacidos entre 1991 a 1996. Hasta julio de 1992 en ese país se había estado usando vacunas contra la tos ferina con timerosal como preservante y después de esa fecha vacuna sin timerosal, por tanto se tiene un conjunto de niños expuestos a timerosal y otro no expuesto a timerosal. Los resultados revelaron que en el periodo en el cual se usaba las vacunas con timerosal, la frecuencia de casos de autismo se mantenía casi estable y cuando se retira el timerosal de las vacunas, en el año 92, aumenta el diagnóstico de los casos de autismo. De allí que concluyen que no hay correlación entre las vacunas conteniendo timerosal y el autismo. Es decir, sin timerosal en las vacunas, el número de casos se seguía incrementando.
En julio del 2006 el Comité Asesor Mundial en Seguridad de las Vacunas de la OMS concluyó que no hay evidencias de toxicidad de las vacunas con timerosal para infantes, niños o adultos y que su uso se debe mantener en el programa de control de las enfermedades prevenibles por vacunas.
El Colegio Médico del Perú también ha estudiado el problema de las vacunas a través de sus comités especializados, los cuales se han pronunciado de manera contundente, indicando que los diferentes estudios realizados en diversos lugares del mundo coinciden en que no existe asociación entre vacunación y autismo.

La vacunación contra la hepatitis b en Perú
En base a experiencias nacionales realizadas en 1991 y 1994 con la vacuna contra la hepatitis b, además de la experiencia internacional, el Ministerio de Salud (MINSA) en el año 1996 decidió incorporar la vacuna contra VHB en el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), para niños menores de 1 año que vivían en áreas de mediano y alto nivel de infección por hepatitis b. Posteriormente el MINSA ha implementado la inmunización universal contra el VHB a nivel nacional para menores de un año desde el año 2003. Sin embargo es pertinente avanzar hacia la universalización de la vacunación contra el VHB en todo el país, que incluya además de los niños, a adolescentes, jóvenes y adultos, para reducir al máximo posible el número de susceptibles a la infección; lo cual nos llevaría a la eliminación del VHB y sus secuelas como la cirrosis y el cáncer de hígado en un periodo menor que si solamente se incluyen a menores de un año.

Concluyendo, el empleo de las vacunas ha sido y es una importante con¬quista de la ciencia para la humanidad; gracias al empleo de ellas hemos eliminado de la tierra el terrible flagelo de la viruela; en América no tenemos la polio y muchas enfermedades graves y severas como la hepatitis b, rabia, tétanos, difteria, tos convulsiva, fiebre amarilla, meningitis por Haemophilus infuenzae, entre otras, están disminuyendo de ma¬nera significativa en muchos lugares del mundo.

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