lunes, 5 de octubre de 2009

Antibióticos y Automedicación

Importancia de su uso racional para prevenir la resistencia a las bacterias

Las muertes por Infecciones Intrahospitalarias acontecidas en nosocomios de nuestro país traen a colación el uso indiscriminado de antibióticos tanto por parte de la comunidad como de los médicos. Se observa que los antibióticos, en muchos casos, se toman cuando no se necesitan o se usan algunos muy potentes cuando se requieren solamente antibióticos de primera línea. Esto hace que el organismo se vuelva cada más menos sensible a estas medicinas, y hace que las bacterias (entre ellas la temible Pseudomona) se hagan cada vez más resistentes.
El riesgo del uso irracional de antibióticos y de la automedicación irresponsable es bastante grave, porque es allí donde va naciendo una de las causas de complicaciones severas e infecciones en los hospitales. Estos medicamentos se usan frecuentemente, por ejemplo, en el resfrío común, faringitis y en las diarreas. El resfriado común es una enfermedad producida por virus por lo que los antibióticos no tienen efecto en su proceso. En el caso de las faringitis, la mayoría de ellas también son virales y se solucionan con antiinflamatorios, solo una pequeña proporción requieren el uso de antibióticos por ser bacterianas. En el caso de las enfermedades diarreicas, solo la disentería (diarrea con sangre) y el cólera (actualmente ausente en el país) necesitan ser tratadas con antibióticos, los otros procesos diarreicos no requieren este tratamiento.

Uso de Antibióticos y Automedicación en Perú
Desde el 2005 nuestro país viene realizando acciones respecto al tema de la resistencia bacteriana y medicamentos, a través de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) y las principales Direcciones del Ministerio de Salud (MINSA), junto a algunas municipalidades y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), entre otras instituciones y organizaciones afines, y con el apoyo internacional de La Iniciativa contra las Enfermedades Infecciosas en América del Sur (SAIDI por sus siglas en inglés) creada por la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Entre las acciones tomadas realizaron en el 2006 estudios sobre los factores determinantes del uso de antibióticos entre los médicos, dispensadores y consumidores en distritos del Callao, el cual concluyó que el uso indiscriminado de antibióticos es prevalente. He aquí algunos de los resultados:
* El 75,5% de los encuestados se automedica y el 49,8% sólo compra parte del tratamiento.
* Sólo 6 ó 7 de cada 10 clientes compran antibióticos en las farmacias.
* El 49,6% acude a la farmacia a comprar un antibiótico sin receta médica.
* El 53,5% acude a la farmacia para solicitar recomendaciones y comprar algún producto incluyendo antibióticos. La compra de antibióticos sin receta médica se ha convertido en una costumbre fomentada por la falta de exigencia de la misma al momento de la compra.
* El 53,3%, de los encuestados indicó haber ido directamente a la farmacia y no al médico durante su última enfermedad. No acuden de primera instancia al médico para atenderse y solo lo hacen cuando los síntomas de la enfermedad empeoran.
* El 87,6% de los encuestados indicó que habían llevado a sus hijos al médico durante su última enfermedad. El 88,3% de los entrevistados aseveró que cumplía con todo el tratamiento y el 92,2% informó que lo cumplía en el horario indicado.

Prescripción de antibióticos
En este mismo estudio se señala que los médicos del sector público suelen recetar antibióticos genéricos por diversas razones, a saber: los servicios de salud del Estado cuentan principalmente con estos medicamentos, por lo que tienen que prescribirlos en mayor grado. Otros factores son los bajos recursos económicos de sus pacientes, que no les permite adquirir antibióticos de marca; buena experiencia con la eficacia de antibióticos genéricos; norma del MINSA que indica que debe prescribirse en primera instancia el medicamento genérico y luego, si el paciente lo solicita, el de marca; protocolos del MINSA respecto a los pacientes del Seguro Integral de Salud (SIS) que indican que deben prescribirse a estos pacientes medicamentos genéricos como tratamiento inicial. Si bien los médicos del sector público tratan de recetar antibióticos genéricos por alguna de las razones antes señaladas, no tienen prohibido prescribir los de marca, pero esto ocurriría rara vez.
Los médicos del sector privado, a diferencia de sus colegas del sector público, indicaron que prescriben con mayor frecuencia antibióticos de marca, debido a que tienen buen control de calidad y, por tanto, inspiran confianza. También señalaron que los antibióticos de marca son más eficaces que los genéricos. Otras razones fueron: mala experiencia de algunos pacientes con antibióticos genéricos recibidos durante su atención en el sector público; percepción de que el paciente que consulta en el sector privado espera recibir un antibiótico de marca que le ofrezca mayor garantía y eficacia; costumbre profesional; exigencia de los pacientes, que manifiestan su preferencia por los medicamentos de marca. Sin duda, para los médicos del sector privado, la opinión y criterio de sus pacientes es importante e influye en la decisión de recetar un antibiótico de marca.
El estudio indica también que, en la práctica, es común que los médicos receten antibióticos para casos leves, y que ello está influenciado principalmente por la presión de los pacientes, que exigen que se les prescriba un antibiótico, ya sea porque creen que lo necesitan o porque piensan que tomándolo se van a curar más rápido. Esta situación se da con más frecuencia en la consulta particular, donde el paciente siente que tiene derecho a exigir un tratamiento por el hecho de haber pagado una consulta médica. También los médicos expresaron temor de perder a sus pacientes, si fallan en el diagnóstico y en la prescripción. En consecuencia, prefieren asegurarse prescribiendo un antibiótico de espectro más amplio para que el paciente se cure y no se forme una mala opinión del médico.

Dispensación de antibióticos sin receta médica
En general, según el estudio financiado por USAID/SAIDI, los médicos coincidieron en que la dispensación de antibióticos sin receta en las farmacias repercute en la salud de los pacientes y en las prácticas de prescripción. Los médicos manifestaron su desacuerdo e incomodidad con esa práctica, pues quienes dispensan antibióticos (principalmente los vendedores) no están capacitados y no tienen conocimientos para recetar medicamentos; su función debería limitarse a vender lo que prescriben los médicos. Asimismo señalaron que esta práctica se da sin control ni supervisión en farmacias y boticas, falta que atribuyen a las autoridades competentes.
Entre las repercusiones de la venta de antibióticos sin receta en la salud de los pacientes señalaron el aumento de la proporción de pacientes que presenta resistencia bacteriana a varios tipos de antibióticos; reacciones adversas potenciales; efectos adversos o complicaciones en otros sistemas del organismo; riesgo de complicaciones que podrían llevar al paciente a tener que hospitalizarse o, incluso, a la muerte; aumento del costo del tratamiento para el paciente cuando se le dispensan antibióticos que no son los adecuados y el consumidor tiene que incurrir en gastar nuevamente en antibióticos que lo curen; necesidad de recurrir luego a medicamentos de segunda o tercera línea o a utilizar una combinación de dos antibióticos, generando un costo adicional.

Recomendaciones
* No tomar ningún antibiótico sin receta médica
* Solicitar al médico que explique el por qué y para qué se le receta o no un medicamento. Conocer sobre la enfermedad de la que va a ser tratado ayudará a comprender el manejo de la misma. Recuerde que las enfermedades virales no necesitan ser tratadas con antibióticos.
* Cumplir el tratamiento completo en las dosis y tiempo indicados. El incumplimiento terapéutico es un grave problema y refleja una prescripción incompleta o mal comprendida. Es necesario conocer al detalle la medicación: dosis, frecuencia de dosis, tiempo de tratamiento, condiciones de toma, etc.
* Las recetas médicas y antibióticos no pueden volver a usarse, sólo sirven para el momento indicado. Si su médico habitual le ha prescrito antibióticos ante un problema infeccioso, no debe repetir la receta sin acudir a consulta. El problema actual de salud por lo general no es el mismo por el que fue tratado antes, por lo que la medicación no será la misma. Este aspecto es de mayor importancia en los niños en quienes las dosis se calculan por kilo de peso.
* No recomiende medicamentos, menos antibióticos, a otros familiares, amigos y conocidos.
* Compre sus medicamentos sólo en farmacias y boticas. No acuda al comercio informal.

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