sábado, 26 de septiembre de 2009

Asma bronquial

El Asma Bronquial es una causa frecuente de consulta que está aumentando en el mundo entero, razón por la cual es necesario que se conozcan las medidas apropiadas para su manejo.
Esta enfermedad se ha constituido en un problema mundial con un estimado de 300 millones de individuos afectados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que tiene una prevalencia global que varia entre el 1% al 18% de la población en diferentes países. La evidencia mundial indica que esta prevalencia durante los últimos 20 años se ha incrementado, especialmente en algunos países y especialmente en niños. Las muertes por asma se han estimado en 250 000 a nivel mundial. En los países latinoamericanos la proporción de población con asma es de 8% en promedio.
Afortunadamente el asma puede ser tratada eficientemente en la gran mayoría de los pacientes hasta lograr un control adecuado; atletas olímpicos, líderes mundiales y otras celebridades han logrado y logran vivir adecuadamente con esta enfermedad.

¿Qué es el asma?
El asma es un trastorno crónico en el que las vías respiratorias se encuentran inflamadas. Los bronquios, como producto de esta inflamación crónica, se estrechan o cierran, produciendo “broncoespasmo”. Este fenómeno se manifiesta, en la mayoría de casos, en tos muy frecuente que se produce principalmente por las noches y/o de madrugada, aunque no se presente en el transcurso del día; también se puede escuchar “sibilancia”, que es un sonido suave y musical que se oye cuando el niño exhala el aire que respira. Si alguna de estas manifestaciones se mantiene más allá de los tres años de edad, es muy probable que el problema persista a largo de la niñez y hacia la edad adulta. Por lo general, las personas suceptibles tienen antecedentes de alergias y de “enroncharse” continuamente.

¿Qué factores influyen para desarrollar asma?
Entre los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de asma se incluyen la exposición a los llamados “alergenos”, que pueden ser los ácaros del polvo casero, animales domésticos (como los perros y gatos), cucarachas, pólenes y moho, irritantes propios de algunas ocupaciones, humo del tabaco, infecciones respiratorias producidas por virus, ejercicio, estados de ánimo, irritantes químicos y medicamentos (como la aspirina y otros).
El papel de la alimentación, particularmente la lactancia materna, ha sido estudiado extensamente, y los resultados revelan que los lactantes alimentados con fórmulas de leche de vaca tienen mayor probabilidad de tener asma en la niñez temprana. ¡Esta es una razón más por la que se debe alimentar a los niños con lactancia materna! A su vez, se ha determinado que el uso creciente de alimentos procesados, la reducción del consumo de frutas, verduras y pescado ha contribuido a los recientes incrementos de los casos de asma.
El papel de la herencia es vital en el asma debido a que hay genes que predisponen a la persona a tener una mayor facilidad de hacer “broncoespasmo”.
La obesidad también es un factor de riesgo.
Los varones tienen mayor riesgo de enfermar de asma en la infancia. Antes de los 14 años de edad, la prevalencia de asma es casi dos veces mayor en niños que en niñas. Cuando los niños van creciendo la diferencia entre los sexos se hace menor, y en la edad adulta las mujeres tienen mayor prevalencia que los varones.

¿Cómo se controla el asma?
El manejo y prevención del asma incluye cuatro componentes interrelacionados:
1. Desarrollar una adecuada relación entre el médico y el paciente, que permita una buena educación respecto a la enfermedad.
2. Identificar y reducir la exposición de los factores de riesgo mencionados anteriormente. Además los niños mayores de 3 años con asma severa deben ser vacunados contra la influenza todos los años, o por lo menos cuando se recomienda la vacunación a toda la población.
3. Tratar correctamente el asma y acudir a controles periódicos. Los padres y los pacientes deben tomar conciencia de que la vía inhalatoria (en la que el medicamento se respira) es más eficaz, más rápida y tiene menos efectos colaterales que la vía oral e incluso la misma nebulización. Por ello, es que se debe usar preferentemente “inhalador” o microdosificador, que suele emplear Salbutamol, Beclometasona o ambos. Estos medicamentos no causan “costumbre” o dependencia.
Se hacen dos disparos o puff con el microdosificador, separados un minuto entre ellos, usando espaciador o aercocámara. La nariz y la boca deben estar dentro de la aerocámara. Antes de usar el microdosificador se debe agitar unos 10 a 15 segundos, retirar la tapa, colocarlo en la aerocámara, apretar el microdosificador y respirar unas 8 veces (30 segundos) dentro de la aerocámara. Se debe repetir de acuerdo a lo que el médico haya indicado.
También se emplean corticoides, que tienen efecto antiinflamatorio en las vías respiratorias. Entre los que más se usan están la Prednisona en jarabe o tabletas y Dexametasona en inyectable, siempre bajo la prescripción médica.
Igualmente importante es acudir a los controles que el profesional indique, a fin de que el tratamiento se ajuste o cambie de acuerdo a la evolución de la enfermedad.
4. Controlar las crisis o “ataques” de asma, para lo cual se debe acudir con prontitud al médico o al establecimiento de salud más cercano.

¿Cómo podemos prevenir el asma?
Entre las medidas preventivas y promocionales para el control del asma, además de las propias que previenen las infecciones respiratorias, tenemos:
* Evitar las repisas; y más aún, si estas están llenas de objetos y juguetes.
* En el caso del dormitorio, evitar los tapizones y petates, el mobiliario excesivo, las sillas y los otros muebles deben ser de madera lisa.
* Se debe evitar el uso de productos con olores fuertes para el piso (cera, kerosene, petróleo, desinfectantes, etc.). En caso de usarse, debe practicarse la ventilación apropiada.
* Evitar el uso de talcos, colonias y frotaciones que contengan productos mentolados, alcanfor o eucalipto.
* Se debe evitar en lo posible la presencia de animales o mascotas con plumas o pelos. Si los hay, deben ser retirados del ambiente interior de la casa.
* Promover la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida.

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